No abandonemos la ruta del Señor, el camino de la clara esperanza que renueva esa alegría de existir y de amar
Los caminos de Dios son múltiples y para llegar a Él podemos elegir cualquiera de ellos. No importa cuál se tome -el dolor, la alegría, el sufrimiento-, la vía que conduce al Padre es siempre de esperanza y de amor. ¿Cuál es la ruta que tomas para llegar a Él?
Encontrarse con Cristo vivo
Filón de Alejandría decía:
«Igual que el miedo es un sufrimiento antes del sufrimiento, la esperanza es una alegría antes de la alegría».
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Los cristianos hemos acompañado a Jesús en un camino doloroso, de Pasión, que ha conducido a una Pascua, a una nueva vida a través de la Resurrección.
Y en ella nos hemos encontrado con un Cristo vivo, creamos habiendo visto o creamos habiendo sido necios. Él está presente en la historia y llega una vez más a dar su paz.
Rutas vacías
Ha vuelto de la muerte para ofrecer de una vez y para siempre su espíritu de vida, su espíritu de amor.
Cuando Cristo ascienda al cielo, no hay que temer. Ha sido claro:
No abandona, solo trasciende para estar más presente que nunca.
No abandonemos el camino del Señor, el camino de la clara esperanza que renueva esa alegría de existir y de amar.
Las rutas sin Él están vacías y solas. Con Jesús llegamos al Padre, con el Padre no hace falta nada. O como decía santa Teresa:
«Sólo Dios basta».
Artículo basado en el texto original de
Pauline Lodder «Luz de clara esperanza – La alegría antes de la alegría».
Publicado en Edimurtra S.A.