APORTACIÓN REUNIÓN SOBRE PREPARACIÓN DE LA VEJEZ
PINCELADAS SOBRE ACTIVIDAD FISICA
Se trata de una propuesta para dar algunas pinceladas sobre la actividad física en la vejez.
Después de pensar cómo plantearlo, me parece que es importante comenzar preguntándonos cómo entendemos el termino ancianidad, qué significado y valor le damos. Después veremos cómo atender del modo adecuado nuestro cuerpo en esta fase de la vida, y finalmente algunas claves sobre el ejercicio físico.
Qué entendemos por ancianidad
¿Nos referimos a la edad cronológica?
¿A partir de cumplir los 60 las personas son ancianas?
¿Se considera anciano cuando hay pérdida de autonomía para tomar decisiones?
¿Entendemos ancianidad al deterioro cognitivo?
Sabemos que AR nos explicaba que había varias etapas vitales que se dibujan como unos arcos en los que se considera una etapa de subida, una meseta y una etapa de bajada. Un primer arco corresponde a la etapa que va desde la infancia a la juventud madura, un segundo arco abarcaría lo que consideramos la adultez de la persona y por último un tercer arco el de la vejez en el que, como en los anteriores hay una vertiente de subida sería la infancia de la vejez, el anciano niño que va creciendo en ancianidad; una meseta de la vejez, anciano adulto, y una vertiente descendente que entendemos el anciano-anciano.
Los avances médicos han permitido que este arco se amplíe con una esperanza de vida que puede alcanzar los 30 años, cuando en la época de nuestros abuelos era más reducida.
Esta nueva realidad de más años por vivir nos interpela y convoca en la tarea de darles contenido, encontrar un significado que se exprese en modos de vivirlos atractivos, creativos, lejos de caer en una monotonía de llenar los días. Me parece que es responsabilidad de nuestra generación revalorizar esta etapa, y para ello hay que empezar por desvelar aquellas inercias que tratan de disfrazar la VEJEZ huyendo de la palabra.
Expresiones como “Estás muy bien para la edad que tienes”, “Pero si todavía pareces una chiquilla”, “te conservas muy bien”, o bien decir que se tienen menos años de los que en realidad son, no hacen más que tratar de desplazar a otras edades unos valores que pertenecen y son propios de la vejez.
Se tiende a esconder o disfrazar aquellos signos corporales que muestran el paso de los años. Arruga-pelo-flacidez, manchas en la piel.
No quiero decir que haya que descuidarse, pero el objetivo es la atención al cuerpo para que esté saludable, no buscar una apariencia que oculte lo que somos.
Cómo atender nuestro cuerpo en esta fase
Mi propuesta, por todo lo anterior, sería básicamente que hay que ESCUCHAR NUESTRO CUERPO. Cada día, quizá en nuestro tiempo de Cartuja soledosa, dedicar un tiempo a prestar atención a qué nos dice nuestra piel, nuestros sentidos, los huesos, las articulaciones, los sistemas musculares. Comprobar cómo estamos de equilibrio, de flexibilidad, capacidad para realizar esfuerzos; comprobar nuestras habilidades motoras. Sería como un escaneo para detectar cambios sutiles que van surgiendo y procurar el modo de reparar o buscar alternativas para sortear las limitaciones que vamos detectando.
Desde esta ESCUCHA CONSCIENTE del cuerpo, sin obsesiones ni hipocondría, sino con la atención debida, es desde donde podemos encontrar motivos sólidos que fundamenten un ejercicio físico duradero, que nos entusiasme porque sentimos que favorece nuestro bienestar y nuestro bien ser.
Pinceladas sobre la actividad física
Las redes sociales están llenas múltiples propuestas para realizar ejercicio físico según las necesidades personales. Ejercicios de cardio (que estimulan la circulación de la sangre y el bombeo del corazón) que ayudan a aumentar nuestra resistencia al esfuerzo físico; tablas posturales para aliviar los problemas musculares y mantener huesos y articulaciones en buen estado, corrigiendo deformidades y previniendo o frenando el deterioro de los huesos y las articulaciones.
Al realizar ejercicio físico, además de la fuerza muscular que nos ayuda a sostener el esqueleto, hay que cuidar el equilibrio, la agilidad. Las técnicas orientales de yoga y taichí son muy apropiadas para conservar la estabilidad motora a través de movimiento suaves pero mantenidos que ejercitan el tono de los músculos y favorecen una mejor movilidad.
Unos conocimientos básicos de anatomía y fisiología nos facilitan ser más conscientes y entender por qué debemos ser constantes y disciplinados, crear hábitos diarios y dedicar tiempo a la actividad motora.
Añadir que una buena movilidad y equilibrio del cuerpo no sólo dependen del aparato locomotor (huesos, articulaciones, músculos, fascias, tendones y ligamentos) sino también del sistema nervioso que, a través de las terminaciones nerviosas, transmite las órdenes desde el cerebro y mantiene el tono en músculos y fascias; otras vías nerviosas recogen la información sensible y la transmiten al cerebro informando de nuestra posición y movimientos. El movimiento ayuda, pues, a mantener también activo el sistema nervioso.
Por ultimo apuntar cómo el ámbito emocional está relacionado con nuestra postura y movimientos; el ejercicio físico nos ayuda a segregar endorfinas, que producen bienestar. Reconocer este vínculo entre emociones y motricidad permite tomar las medidas oportunas que favorecen emociones positivas y trabajar aquellas que paralizan, frenan la movilidad produciendo contracturas y pueden llegar a producir serios problemas de inmovilidad.
En este sentido ayuda también la respiración. Conocerla y trabajarla de forma consciente es una medida muy valiosa para mejorar la motricidad.
Algunas páginas de interés:
Fisio online en youtube, multitud de consejos para mantenernos en forma. https://youtu.be/SiUCXtFWzcU
Yukiko es un youtuber japonés que trabaja grupos musculares para mantener la
postura.
Clinica Qo
