Después de unos hermosos días vividos celebrando el nacimiento de Cristo, nos encontramos con el evangelio de San Juan 1, 1-18 donde teológicamente explica más elaboradamente la procedencia de Cristo.
Dios que es Ser desde siempre, desde toda la eternidad, viendo que el ser humano sigue sin enterarse de para qué y por qué fue creado, envía la Luz para que pueda salir de las tinieblas. Pero ni Juan que dio testimonio, que proclamó la Buena Nueva, al Hijo de Dios que se hace hombre, consigue que todos le creyeran.
Así llega Cristo, el Hijo de Dios, al mundo. El Hijo, que también existe desde siempre junto al Padre, llega a nosotros, se hace hombre para que con nuestro lenguaje, con su Palabra, porque Él es la Palabra, el Verbo, nos anuncie que Dios es Padre de toda persona, que nos ama, y que lo único que quiere de sus hijos e hijas es que seamos felices, que estemos alegres siempre. Nos da su Luz para que entendamos, para que alcancemos la sabiduría y sepamos vivir en comunión con el resto de la humanidad, con el mundo, cuidando el planeta para los que estamos y para los que vienen después, para que el paraíso pueda ser posible para toda persona presente y futura.
Todo esto solo es posible con su Gracia, con el don que nos ha dado a cada uno de nosotros para poder seguir proclamando a quienes no Lo conocen.
En este nuevo año que comenzamos, os deseo Paz y Alegría, que vivamos en Fiesta constante porque Cristo vive en el mundo, en toda la humanidad.
