
Evangelio Domingo 15 de mayo de 2022, 5º domingo de Pascua
Los Evangelios suelen presentarnos a Jesús haciendo camino, moviéndose de un lugar a otro para transmitir y compartir el reino de su Padre, lo cual, situados en contexto, es lógico, tenían dificultad de moverse de otra forma y lo más adecuado era ir recorriendo caminos. Pasando por distintos sitios, en cada lugar tenía ocasión de compartir, hablar, permanecer y volver a marchar. Esa itinerancia de Jesús es, de alguna forma, una característica de su mistagogia, una forma de enseñarnos acerca del misterio, de lo sagrado, que se acomoda a medida humana y que nos encuentra a la vera del camino para que nos volvamos con él andariegos del Reino. No en vano Alfredo Rubio ha nombrado Itinerario su propuesta espiritual.
Desde esta consideración y ya situados desde una andadura pascual, una invitación novedosa de este evangelio es transitar el camino del amor de unos por otros, como Él, a su manera y esta invitación encuentra relevancia en la frase “me queda poco para estar con vosotros”.
Jesús, desde la madurez humana y espiritual en la que se encontraría en el momento citado en el evangelio, intenta transmitirnos un misterio que para su propia vida se volvió urgente y primordial: ámense.
El amor, como nosotros, también recorre un itinerario y se acrecienta, se libera y madura en la medida que le damos expresión. “Transitar el amor” nos glorifica, nos dignifica, nos honra.