El hombre a solas. Los mandamientos. Los sacramentos

La presente edición recoge tres transcripciones, por tanto, tienen la fescura del lenguaje coloquial, aunque revisada para su publicación. Dos corresponden a unos retiros impartidos por el sacerdote Juan Miguel González-Feria –Los Mandamientos y Los Sacramentos– y el tercero corresponde a un curso impartido por el sacerdote Alfredo Rubio de Castarlenas –El hombre a solas.

Los Diez Mandamientos forman parte de un itinerario hacia Dios; hay un antes y un después. Pero con los Diez Mandamientos no es suficiente. Nosotros hemos nacido en este mundo, un mundo que tiene pecado. Y estamos llamados a tener amistad con Dios. En tanto que son parte del itinerario hacia la convivencia con Dios, también lo son de la convivencia humana: son las columnas de la sociedad.

Los Diez Mandamientos son progresivos, no van sueltos; están graduados, se han de ver y entender entrelzados unos con otros. Están escritos en negativo -”no matarás”, “no robarás”-, pero no basta con no mentir, hay que decir siempre la verdad; y no basta con no matar, hay que luchar para que la gente tenga vida y la tenga dignamente; no basta con no robar, hay que dar limosna…

Los Sacramentos no son 7 conceptos sueltos, independentes unos de otros. Los sacramentos en la vida cristiana, fluyen unos de otros; tienen una concatenación, una progresividad en la vida cristiana. Son una sucesión de encuentros con Cristo, con Dios, pero son progresivos; forman un itinerario, un camino.

Revisar nuestros sacramentos es una tarea que no se acaba. Reencontrarme con Cristo es el sacramento que estoy viviendo.

El hombre a solas, es un título quizás ambiguo para un curso, porque puede parecer que el hombre a solas es el objetivo que deseamos alcanzar, y no es así. El hombre a solas es el punto de partida, porque, precisamente, lo más triste de este mundo es estar solo.

“Cuando queráis orar, retiraos, aislaos, que significa cerrar la puerta y quedarse a solas y en silencio con Dios Padre”. Lo más importante es poner la copa vacía, para que Él la llene como quiera, cuando quiera y de lo que quiera. Lo único que nos pide es que cerremos la puerta, nos pongamos como una copa vacía y digamos: aquí estoy, siervo inútil soy. Ni le importa que hagamos lo que nos dé la gana (con tal que no hagamos cosas malas).

Autor: Alfredo Rubio de Castarlenas y Juan Miguel González-Feria
Medidas: 15 x 21 cm
Páginas: 164
Idioma: español
Ilustraciones: no

Temática: religión, espiritualidad

infobarcelona96@gmail.com

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