Convesarción con Elena Leongómez, perteneciente con su esposo a la Orden Franciscana Seglar desde hace 20 años así inicia su vida contemplativa dentro de la soledad y el silencio.
Su misión es la hospitalidad y la educación ambiental, como resultado de su profesión como educadora, y la de su esposo como biólogo.
Elena compartirá algo de su extensa y profunda experiencia de silencio vivida con tanta unción vivida en su finca llamada “El Silencio” en Fúquene, Cundinamarca. Nos hablará de su tema preferido, el silencio y su profunda unidad con todo lo creado.
En primer lugar nos pide tener una actitud sapiencial, o sea que la escuchemos con el corazón y dispuestos, para una conversación sobre el silencio, que etimológicamente significa dejar caer y esparcir semillas. Acción prolífera que produce y hace expandir y retoñar los campos de nuestra interioridad y de quienes nos rodean.
El silencio actúa lentamente, es profundo, es fuente de sabiduría, nos ayuda en la difícil tarea de escuchar, de educar, de meditar…
En fin el silencio es en nuestra vida una manera de ser. Nos humaniza al escuchar los clamores de la humanidad y de la tierra.
