Un texto directo y de gran impacto: “asume tu cruz y sígueme”, y además muy sintónico con Alfredo.
Lo primero es asumir nuestro SER, lo que somos, lo que vivimos y todas nuestras circunstancias. Sin esto no puede haber un segundo paso.
Para el segundo paso se nos plantea un nuevo interrogante: ¿Dónde está Jesús para seguirle?
La segunda parte del texto nos da alguna pista. Dice que si nos cerramos para no perder lo que tenemos, si el miedo a perder algo de lo que somos, nos paraliza, no seremos capaces de encontrar la vida verdadera que es Jesús. Deberemos acercarnos al que tenemos al lado para poder abrirnos a la vida, y reconocer a Jesús en la presencia del otro. Nuestra palanca del mirar dentro (contemplación y silencio) nos lleva obligatoriamente al otro. Viviendo la cartuja alta y media, seremos capaces de estar en el mundo de hoy con profundidad, y la gente nos reconocerá por nuestros actos y no por nuestras palabras.
Ignasi Batlle