Este tipo de dolor es propio de seres “inteligentes” y limitados. Solo el hombre puede ser estúpido, solo él puede causar un dolor estúpido.
No se trata del dolor que es fruto de nuestras limitaciones, de ser contingente, sino del imbécil dolor que los seres humanos nos producimos sin razones, ni sentido ninguno pudiendo evitarlo.
¡Y qué amplio es, en sus envidias, celos, masoquismos, sadismos, prepotencias y tantos malos orgullos! Todos causados de la manera más estéril por nuestra mano y por nuestro corazón.
El dolor heroico al servicio de los demás nos causa admiración. El dolor por amor es sublime.
Ese otro dolor estúpido tan baldío, estéril, nos hace llorar.
¿Sabías de su existencia?
¿Has sentido este dolor estúpido en tu vida?
¿Has propiciado en los demás este dolor estúpido?