¡Serás libre cuando hagas lo que quieras!

«La libertad está en ser dueños de nuestra propia vida»

Platón

¿Qué nos llevó a creer en este error?

Fuimos educados en la contradicción de estar obligados a obedecer y, a la vez, querer hacer lo que nos diese la gana.

Durante la niñez nos obligaron a obedecer y nos castigaban si no lo hacíamos. Nos dieron a entender que la libertad era externa y que la conquistaríamos cuando fuéramos adultos; entonces podríamos hacer lo que quisiéramos.

Nos dijeron que hacer lo que nos apetece es ser libre y no hacerlo es ser sumiso y desaprovechar la vida.

También nos vendieron el sueño de que cuando fuéramos libres, no tendríamos dificultades.

Creer en esto nos hace sufrir porque:

Cuando actuamos a partir de lo que sentimos somos esclavos de nuestros sentimientos, ya que éstos van cambiando al margen de nuestra voluntad. ¿Cómo pretendemos ser libres siguiendo algo que no manejamos? Seremos como una veleta dominada por los sentimientos.

Además, en el mundo, en aras de una hipotética libertad, hay normas y leyes que cumplir si no queremos sufrir las consecuencias desagradables que supondría no respetarlas o ignorarlas.

Por otra parte, muy a menudo lo que queremos no es lo que nos conviene y siguiendo el falso principio de libertad, nos estamos perjudicando sin darnos cuenta.

Creer en una independencia absoluta de lo externo es un imposible: necesitamos alimentos, un lugar físico donde vivir…

Mientras pensemos así, es inevitable sufrir. Toda creencia que no nos aporte paz interior y armonía externa debería ser revisada.

¿Qué información de sabiduría puede sustituir esta creencia falsa?

El primer obstáculo radica en el concepto de libertad. Cabe matizar que su significado dista mucho de la idea que nos ha querido vender la sociedad. Libertad no es hacer lo que se quiere, cuando se quiere, donde se quiere y con quien se quiere. Libertad es independencia emocional y cognitiva, es capacidad de decidir sin necesidad de aprobación, es hacerse cargo de lo que uno quiere ser y hacer.

Lo sabio es comprometerte con lo que quieres hacer y hacerlo, aunque a veces no te apetezca. Porque solo serás libre cuando seas capaz de hacer aquello que has decidido y sostener esa decisión al margen de las dificultades; por ejemplo, eres libres cuando, tras decidir estudiar una carrera, y a pesar del día soleado y lo mucho que te apetece ir a la playa, acudes a clase el primer día de curso.

La verdadera libertad es interna, es decir, que lo exterior no afecte a tu felicidad. Por lo tanto, una persona libre nunca se siente obligada, hace aquello con lo que está comprometida y lo hace gozosamente. Eres libre para elegir lo que quieres hacer, pero no puedes evitar los resultados de lo elegido.

En este sentido, tú tienes la libertad de elegir, asumiendolos resultados de tus acciones. Al responsabilizarte de tu vida, siempre serás libre: tú llevas el timón.

¿Cómo puedes verificar lo anterior?

Para que verifiques que lo que deseas no siempre te conviene y en el fondo coarta tu libertad, te animamos a quedarte hasta altas horas de la madrugada en una fiesta con unos amigos/as y tus hijos/as, a pesar de que al día siguiente hay que levantarse pronto para ir a trabajar (los adultos/as) y al colegio (los niños/as). Comprueba las consecuencias de creer que ser libre es hacer lo que deseas. Verifícalo.

Comprueba los resultados de comer algo que te apetece, sabiendo que eres alérgico o intolerante a ese alimento. Verifícalo mentalmente recordando situaciones anteriores en las que ha sucedido.

Cuando hayas quedado con alguien y no te apetezca ir, no vayas, ni tan siquiera le avises, puesto que eres libre y no tienes por qué dar explicaciones. Comprueba si mejoran tus relaciones aplicando esa idea de libertad. Verifícalo.

Propuestas de entrenamiento

1. Decide una cosa que te importe mucho y que a la vez te cueste, como por ejemplo “nunca gritaré a mi hijo”, “nunca le faltaré al respeto a la persona que amo”, etc. Cuando las cosas se pongan difíciles, querrás hacer lo contrario para desahogarte. En ese momento, sé consciente y aplica lo que has decidido. Estarás practicando tu libertad, a pesar de llevar la contraria a lo que deseas.

2. Localiza a una persona en tu entorno con la que te cueste relacionarte. Cuando se muestre antipática, recuerda: “Todo el mundo tiene derecho aequivocarse”. Cuando mantengas la paz a pesar de su antipatía, serás libre. Si quieres, ayúdate relajando el cuerpo con una respiración lenta y profunda.

3. Reprogramación mental. Repítete: Seré libre cuando mi paz interior no dependa del exterior.

Recuerda:

Serás libre cuando asumas
conscientemente el resultado
de tus decisiones

Editorial Boira

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