¿Hay alguien más?

Científicos norteamericanos están enviando señales al espacio, deseosos de comunicar con posibles seres extraterrestres.

Empezaron, hace unas décadas, por emitir sonidos intermitentes con distintos ritmos y silencios, lanzándolos al espacio por medio de potentes emisoras electrónicas en muy diversas frecuencias. Esperan que los posibles escuchas posean la adecuada tecnología para captar estas emisiones.

Pero últimamente estos científicos difunden hacia el espacio música, en vez de simples percusiones. Temen que la percepción de meros sonidos rítmicos pueda ser interpretada como que han sido producidos al azar o sean de procedencia mineral, por ejemplo, y no induzca a pensar a los posibles escuchas espaciales que dichos sonidos están producidos intencionalmente por seres personales. Piensan que, por el contrario, la música, para quien la perciba, es señal inequívoca de que hay un «alguien» que la ha compuesto y que la emite; un ser inteligente, con capacidad estética y posibilidades de comunicación.

Es de suponer que éstos u otros científicos estarán, al mismo tiempo, tratando, con idéntico esfuerzo, de captar posibles emisiones de seres no humanos a los que nos interesaría mucho detectar y conocer.

***

Esta noticia me aboca a preguntar: ¿no estamos los humanos siendo receptores de unas emisiones de muy diverso orden pero que, análogamente a la música, no pueden deberse al azar ni estar generadas por el mundo mineral? Me refiero a la belleza que nos rodea en la naturaleza por doquier e incluso en nuestro propio interior (en esa maravillosa condensación de belleza que es la propia conciencia).

Además de aquellos «alguien» extraterrestres, posibles escuchadores de nuestra música espacial, hemos de preguntarnos: ¿hay alguien más? ¿Alguien por encima y más allá de esos dos grupos de seres que quizá se encuentren? ¿Alguien que quizá coordinara ese encuentro? La belleza no es por azar ni de origen puramente cósmico. Nosotros, ahora, como captadores de ella, no debemos estar aletargados ni dormidos, tan absorbidos por otros problemas que no estemos atentos y sagaces en la escucha y análisis de estas suaves pero formidables emisiones de estética que percibimos constantemente.

A buen seguro no basta un «algo», sino que debe haber un «alguien», un «compositor» que ha compuesto la sinfonía estética de todo el Cosmos.

Publicado en:

El diario El Día
El adelantado de Segovia
Canfali
Poble Andorra
Diari d’Igualada
Diario de Terrrassa
Crónica de Súria

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