En humildad
Este domingo se celebra en la Iglesia la “Jornada Mundial por la evangelización de los pueblos”. El lema propuesto por el Papa Francisco para esta jornada es: “Id e invitad a todos al banquete”. (Mt 22,9). El Papa dice en su mensaje[1] que “Dios, grande en el amor y rico en misericordia, está siempre en salida al encuentro de todo hombre para llamarlo a la felicidad de su Reino, a pesar de la indiferencia o el rechazo”. (p. 1).
Jesús refleja con su vida y mensaje este amor misericordioso del Padre que con amor busca, acoge y envía. Lo hará también después de su resurrección diciendo a sus discípulos: “Id al mundo entero…” (Mc 16,15). El Papa Francisco dice también que “hoy el drama de la Iglesia es que Jesús sigue llamando a la puerta, pero desde el interior, ¡para que lo dejemos salir! Muchas veces se termina siendo una Iglesia […] que no deja salir al Señor, que lo tiene como ῾algo propio´ mientras el Señor ha venido para la misión y nos quiere misioneros”. (p.1).
Quizá una actitud interior que puede orientar el cómo responder a esta invitación de: “id” e “invitad” la encontramos en la lectura del evangelio de hoy. En este relato, Santiago y Juan piden a Jesús que les conceda sentarse en su gloria, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Una petición que indignó a los demás apóstoles. Jesús invita a vivir desde el amor y el servicio. “El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor […] Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por muchos. (Mc 10, 43.45).
Hacerse últimos por amor. Vivir la ultimidad desde la libertad. Y desde ese ser últimos, ir por el mundo invitando al banquete en la que estamos invitados a vestirnos con el traje de fiesta de la humildad y del servicio desde la libertad y el amor.
María de Jesús Chávez-Camacho Pedraza
Pineda de Mar
[1]Mensaje del Santo Padre Francisco para la XCVIII jornada mundial de las misiones 2024