Este domingo leemos el prólogo del evangelio de san Juan, un texto poético, lleno de belleza, muy distinto al resto de evangelios y en el que de manera resumida aparecen algunos de los temas clave de la teología joánica: creer, vida, luz, testimonio, verdad…
El prólogo nos revela quién es Jesús, nos habla de su origen, de su encarnación y de su misión.
A Jesús se le denomina “la Palabra” o “el Verbo”, según la traducción. Él es la Palabra de Dios. ¡Qué Dios el nuestro que quiere comunicarse con la humanidad, que quiere hablarnos! Nos quiere transmitir su Vida trinitaria, su Amor. Por ello la encarnación, por la que la Palabra se hace humanidad y Dios pasa a ser el Emmanuel, el Dios con nosotros, el que siempre acompaña nuestros pasos.
Jesús, que es Luz y Vida, trae su Luz y su Vida al mundo. Vivió iluminando la vida de los que se cruzaron con Él, vivió regalando Vida. “Aquél que es la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de amor y de verdad”. Esta es la gran noticia de la Navidad. Nosotros tenemos la gran suerte de haberle acogido y de haber creído en Él. Que sigamos acogiéndole con el corazón bien abierto; que, como Juan, demos testimonio de la Vida; y que nos sintamos siempre hijos amados de Dios.