“Haced lo que él os diga”

El evangelio de este domingo nos presenta una boda: alegría, celebración, fiesta. De repente, María percibe, que hay algo esencial que está faltando en el banquete de la boda y dirá a Jesús: “No tienen vino”. Quisiera subrayar, otra frase de María en este texto y es la que dice a los sirvientes: “Haced lo que él os diga”. Esta frase me habla mucho sobre María, sobre su vida, sobre lo que ella es. María es madre, es mamá, madre de Jesús, pero también es discípula de su hijo.  Podríamos decir que es seguidora, discípula y amiga de Jesús, además de ser su madre. Estas palabras del evangelio de Juan: “haced lo que él os diga”, me llevan a reflexionar a que María siempre me lleva a Jesús. Lo que María desea es llevarme a su hijo, me lleva de la mano a Jesús. Y éste “haced lo que él os diga”, María lo sigue diciendo hoy. 

Jesús les dijo a los servidores que llenaran las tinajas; y lo hicieron, quizá sin entender demasiado. “Haced lo que él os diga”, nos dice María hoy a nosotros, como diciendo: confíen en él. Si Jesús nos invita hoy a perdonar, tomemos el camino del perdón. Si Jesús nos invita hoy a amar como él nos ama y como él es amado por el Padre, pues abramos nuestro corazón para amar con un amor generoso, con un amor compasivo. Si Jesús nos dice hoy: “la paz esté con vosotros”, o nos dice “mi paz os dejo mi paz os doy”, seamos artesanos y artesanas de paz, allí donde estemos. Porque cada uno tenemos nuestra manera personal, única de ser artesanos de vida y paz. Sigamos la invitación de María que dice: “haced lo que él os diga”. Y ofrezcamos a Jesús las “tinajas” de nuestra vida. Nuestra agua se convertirá en vino de una alegría que permanece, y que tiene sabor de plenitud. Donde el vino faltaba, ahora sobreabunda. En Caná, Jesús manifiesta los comienzos de un tiempo nuevo.