
Un podcast de PazyFiesta
Autor: Josep Lluís Socías
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Vestimentas y ritos para impresionar
En la mayoría de las naciones europeas, los jueces y los abogados llevan unas vestimentas, unas togas, que en los Palacios de Justicia se les distingue fácilmente. En algunos países los juristas todavía llevan aquellas pelucas rizadas que sobreviven a las películas que hemos visto en el cine y la TV y que tratan el tema judicial. Ciertamente, aquellos postizos y aquellas togas negras parece que están hechas no solamente para distinguir a los que son de aquella categoría, sino también para impresionar, superiores, al público en general.
También se da el caso en los militares con sus vestiduras de gala moviéndose en la sociedad civil. (O manifestándose prepotentes en los desfiles militares).
En ambientes religiosos, de una manera parecida, los consagrados suelen llevar unos hábitos especiales apropiados para ciertos rituales con los que marcan una distancia con el pueblo laico. Las sotanas, las casullas, las mitras, los báculos, … son atuendos y objetos que ayudan a distinguir el rango y los cargos …
Pero es curioso que, en el caso del cristianismo, haciendo referencia a su origen: Jesús de Nazaret, dicho Hombre, no necesitó ningún vestido especial. Más bien parece ser que vestiría como la mayoría de todo el pueblo: muy parecido el de todos ellos, tuvieran el oficio de carpinteros, pescadores o campesinos. Y con unas vestiduras muy parecidos también entre hombres y mujeres.
Pero en el caso de Jesús, se llega a un extremo, pues en el inicio de su vida y en su final, se nos presenta sin vestimentas, sin ropas. En Belén, nace desnudo; no lleva ninguna gala que lo identifique a su categoría divina.
En el Calvario, con desprecio, le arrebatan los vestidos y muere desnudo.
Y aun así, llama la atención por mostrar su humanidad: Enternece ver la fragilidad de un recién nacido y conmueve contemplar a un ajusticiado.
Jesús, en el pesebre de Belén y en la cruz no es prepotente, aunque algunos artistas han querido mostrar al Cristo Majestad, clavado en la cruz, pero vestido de rey. O ver al Niño Jesús con vestiduras reales. Para ser más llamativos.
Sí. Dice el Evangelio que Jesús se hizo hombre…
…. plenamente.