
En este Domingo escucharemos a Jesús poner dos ejemplos que nos pueden sonar poco cercanos en el tiempo y en nuestro contexto actual, construir una torre o luchar una batalla, sin embargo, justamente su llamada a reflexionar, a dedicar un tiempo a discernir y analizar, a mirar las situaciones en perspectiva es de gran actualidad.
Son muchos los días en que las noticias y las diferentes situaciones cotidianas a las que una se acerca nos hacen pensar en la falta de parar, de reflexionar, de mirar un poco más allá de lo que está sucediendo para ver que nos hace mucha falta tiempo de soledad y silencio.
Tengo un compañera que siempre dice me miras pero no me ves, y eso nos sucede tantas veces durante el día y en todas las circunstancias en que vivimos que sorprende que no nos hayamos dado cuenta de lo necesario que es ese tiempo previo, ese dedicar un tiempo a mirar sin distracciones, a dejarse ser, escucharse para poder ver con verdad y objetividad, y sea eso lo que guie nuestro actuar.
Todos tenemos experiencia de cómo cambia nuestra mirada al mundo, a nuestros compañeros de camino, incluso, a nosotras mismas después de un tiempo constante de soledad y silencio. Sin embargo, nos cuesta mucho dedicar ese tiempo, así que Jesús nos lo recuerda con esas dos parábolas para evitar ser burla o bien no estar preparado para aquello que queremos vivir.
Si realmente queremos vivir en plenitud el camino que Jesús nos brinda, el primer paso debería poder ser ese tiempo de tomar conciencia antes de seguir caminando y hacer vida esa determinación.