Dos narrativas bíblicas para anunciar un nacimiento
María, Miriam era una mujer de la zona norte de Galilea, una región conocida por ser un lugar de mezcla de culturas, donde la identidad judía era más diluida. Su nombre hebreo puede significar “amarga” o “rebelde”. Yo me quedo con “rebelde” porque Miriam, profetisa, hermana de Aarón y Moisés, ya era una rebelde contra el sistema de opresión de los egipcios. Intervino cuando la hija de Faraón descubre a Moisés en los juncos del río. Y lideró el baile de las mujeres después de la liberación de Egipto.
María de Nazaret estaba embarazada, antes de vivir con el hombre con quien fue desposada (compromiso decido por las familias). ¿Cómo gestionar esta situación en una sociedad patriarcal, donde se lapidaba a las mujeres consideradas adúlteras?
El Evangelio de Lucas nos ofrece una narrativa sobre la anunciación de María; el Evangelio de Mateo nos relata la anunciación a Yosef, José. En los dos textos hay manifestación de Dios, experiencia mística, a través de ángeles… A José le hablan en sueños: una manera común en el Antiguo Testamento, de dirigirse Dios a los humanos…
¿Qué nos pueden aportar estos relatos bíblicos? Yo mencionaré solamente unos elementos:
- María y José fueron consultados. Dios nunca nos impone a los hijos…
- La decisión de José muestra que también los hombres pueden resistirse a las costumbres del patriarcado.
- Para hacer realidad el proyecto de Dios, para encarnar su vida en nuestra sociedad, se necesita el “fiat”, de mínimo dos personas… No se trata únicamente de dar una respuesta personal, individual a Dios, se necesita un “sí a Dios” grupal.
- Dios creó el sueño para ayudarnos a renovarnos. Pienso que el dormir suficientes horas nos ayuda a acoger la novedad permanente de Dios.