Poema 2º del Poemario Ermitando
Javier Bustamante
2. Peregrinar hacia sí
Aquel instinto vital
que levanta al potro recién parido,
que rompe la tierra para que nazca un roble
ese soplo que arranca el polen,
que sugiere a la nube la siguiente escultura,
que inscribe en el aire ciertas informaciones
ese guiño eterno en la imagen de un santo,
en la talla del ciprés sumergido en el firmamento,
en la sangre, que al fluir, fluye sin saber porqué
ese no sé qué
comenzó a encarnarse en mi sino
y descalzáronse los pies en busca de camino
y los ojos abriéronse orientándose en el orbe
y el corazón se dispuso, por fin, a dejar atrás lo conocido.
Alejarse y acercarse:
dos verbos para el mismo recorrido
me voy de mí
siempre que hacia mí me acerco
abandono peso en el trayecto
adelgazando, así, rencores y trofeos;
liberando recuerdos y herencias que no deseo;
renunciando a futuros que se vuelven dictadores
el andar se va haciendo ligero:
cada paso hacia afuera
es un paso hacia adentro
el corazón, entonces, se va volviendo peregrino,
llama a la puerta
y, con sorpresa descubre,
que el huésped y el hospedero son el mismo
y entro en mí
y me voy reuniendo conmigo.
Tan desconocido me soy
que temo encontrarme conmigo:
conmigo y contigo
tan desconocido me soy
contigo y conmigo:
la cercanía produce temblor
tan desconocido me soy
contigo y conmigo:
el hallazgo se va transformando en amor
tan conocido te soy.
