Respetar la libertad
Las doce tribus de Israel se instalaron en Canaán. Relativamente pronto empezaron a surgir problemas con los habitantes de estas tierras, pero también entre las doce tribus. La gran pregunta era: ¿Cómo organizarse? ¿Qué hacer en caso de clonflicto?
En un principio, el pueblo recurrió a profetas o a jueces: personas respetadas, que tenían una cierta sabiduría… Pero en un momento dado, hacia el año 1035 antes de Cristo, ¡el pueblo reclamó un Rey!
“Tendremos un rey y nosotros seremos también como los demás pueblos: nuestro rey nos juzgará, irá al frente de nosotros y combatirá nuestros combates.” (I Sam 8, 19-20)
¡El pueblo quiere ser como las demás naciones, el pueblo quiere un líder a la cabeza de sus combates! El profeta Samuel no está de acuerdo: No es éste el proyecto de Dios para su pueblo, para nosotros… Pero Dios le pide respetar la opción del pueblo y dice a Samuel:
“Haz caso a todo lo que el pueblo te dice. Porque no te han rechazado a ti, me han rechazado a mí, para que no reine sobre ellos.” I Sam 8,7)
Dios se quedará a nuestro lado, también cuando nuestros proyectos no son los suyos. Respetar la libertad del otro, no quiere decir abandonarle…
Es un estar con sin imponer nada.
Colección: Ancla
Publicado en: Edimurtra, 2008
Icono: Agnès Glichitch
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