Domingo XXXII del tiempo ordinario // Mc 12,38-44

Llamados a la autenticidad.

No se fija, Jesús, en la cantidad, el derroche o la sobreabundancia, que suelen venir acompañados de lo llamativo y rimbombante, motivo de vanidad, sino en la proporción entre lo que podemos donar y lo que estamos dispuestos a dar.

 Darnos del todo al Todo, como nos sugería Santa Teresa de Jesús, es la invitación a no dejar anclado nuestro corazón a seguridades etéreas sino a lanzarnos a una vida llena de intrepidez y aventuras.

 Si en algún momento he de brillar, que sea para alumbrar.

Si he de vestir amplias vestiduras, que sea para arropar a todo el que se acerque a mí.

Si soy saludada en las calles, que mi respuesta humilde sea de acogida y de paz.

Que trabaje para que todos encuentren su sitio y alimento.

Porque es en este donarme donde dejo fluir a Dios mismo que me traspasa, en calidad y sobreabundancia.

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