El autor de esta serie de 48 sonetos es Alfredo Rubio de Castarlenas (Barcelona, 1919-1996), sacerdote y médico. Los escribió en febrero de 1993, en Santiago de Chile. Constituyen la primera parte de una colección más amplia. Aparentemente, los versos que escribía un hombre enfermo en medio de fuertes dolores saldrían deshilvanados y serían difícilmente sistematizables. Sin embargo, una lectura atenta de los mismos nos hace ver en ellos unas líneas de fuerza muy notables hasta constituir un pequeño tratado de Teología espiritual.
Algunos de ellos vienen acompañados por una introducción y un comentario teológico que ayudan, por un lado, a contextualizar el soneto y, por otro, ofrecen una penetrante y diáfana mirada desde el horizonte de la fe. Si los sonetos, ya de por sí, albergan jugosidad abundante, los respectivos preámbulos y notas exprimen gota a gota su contenido.
Nos encontramos, pues, ante un pliego de sonetos de indudable belleza y hondura que, junto al grito “por el dolor advenido”, expresan el deseo de vivir con alegría ese traspasar nuestra frontera de seres limitados. Pero, además, son el reflejo de otras muchas y densas vivencias de su amistad con Jesús, el Amigo, “Jesús Amigo mío, ¡Tú eres Dios! pero ambos somos uno más que dos”.
Autor: Alfredo Rubio de Castarlenas
Medidas: 170×215
Páginas: 136
Idioma: español
Ilustraciones: sí, b/n. Autor: Rodrigo Rojas Goldsack
Temática: poesía, sonetos
