En este evangelio de Marcos destacaría dos cosas, la primera es ver como Jesús huye de la popularidad y los falsos ensalzamientos. Cuando se producen les dice a los apóstoles que vayan a otros lugares a explicar el mensaje. Cuantas veces este ensalzamiento se reviste de superficialidad y egoísmos personales. Frente a este Alfredo nos invitaba a salir de la riada para vivir en profundidad nuestras vidas. ¿Y cómo hacerlo? desde el silencio, ese espacio íntimo de uno mismo con Dios. Es allí donde podemos escoger con claridad nuestra manera de vivir. Podemos decidir si nos aferramos a los diosecillos que nos encumbran o preferimos la ultimidad de lo terrenal como punto de anclaje.