Domingo XXXII del tiempo ordinario // Mc 12,38-44

 “Les aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás. Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento”

Siguiendo al Papa Francisco, la fe no necesita aparentar, sino SER.

No necesita ser alimentada por cortesías y apariencias, especialmente si son hipócritas, sino por un corazón capaz de amar de forma genuina.

Jesús condena la seguridad y la espiritualidad de cosmética y apariencia, del “qué dirán”, centrada en el cumplimiento de la ley, en aparentar lo bueno, lo bello, ¡pero la verdad por dentro es otra cosa!

Y también a las personas de buenas maneras pero de malas costumbres, esas costumbres que no se ven pero se hacen a escondidas. esa gente que nos dicen los evangelios a quienes tanto gustaba pasearse en las plazas, hacerse ver rezando, “maquillarse” con un poco de debilidad cuando ayunaban…

¿Por qué el Señor es así?

Jesús nos habla de esa viejecita que ha dado TODO lo que tenía para VIVIR. Y alaba a esa mujer por haber hecho esto.

Y lo hace de una forma un poco escondida, quizá porque se avergonzaba de no poder dar más. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 14 de octubre de 2014, en Santa Marta).

Como muy insistentemente afirma Jesús una y otra vez,, “NO TENGAMOS MIEDO!!!”, miedo de «DAR!», que es la acción gratuita de las persones generosas, dar una limosna, dar mi tiempo, compartir mis conocimientos con l@s demás, contagiar mi alegría con una sonrisa sincera con un corazón abierto, dar vida, dar un abrazo,  compartir una mirada tierna, especialmente dirigida a aquell@s más desfavorecis@s, a las periferias…son manifestaciones de esta virtud.

Hay muchas maneras de «dar», y muchas motivaciones para nuestra donación.

Tampoco es generoso quien da, pero sólo un poco de lo mucho que podría, como nos muestra el Evangelio.

¿Se puede hablar de generosidad cuando lo hacemos por interés, esperando recibir algo a cambio? Hablando en términos de Realismo Existencial, ¿hago de mi vida un ejemplo de Paz y Fiesta?

Madre Teresa dijo (y vivió, por supuesto) que hay que «amar hasta que nos duela». ¡Ya tenemos un buen termómetro para saber si somos realmente generós@s! Si mi donación es costosa, voy por buen camino. Si no me exige sacrificio alguno, es seguro que puedo dar mucho más. Y este «dar» se identifica con la generosidad cuando se hace pensando en el bien de l@s otr@s, cuando se da por Amor!

Cuiden, cuídense y déjense cuidar muchísimo; sean y seamos felices.

Un abrazo muy fuerte de Paz y Fiesta.

Que el Buen Padre y Madre Dios nos bendiga a tod@s; Amén; que así sea.

Oremos humildemente, desde lo más hondo de nuestros corazones, al Buen Santo Espíritu, pidiéndole que nos conceda su gracia para transformar nuestro espíritu en la generosidad, para vivir en una constante preocupación no por mis propios intereses, sino por las necesidades de l@s demás. Que incremente mis actos de servicio y caridad, sin buscar nunca ventajas personales ni llamar la atención.

Y tengamos en lo más hondo de nuestros corazones a todas las persones, y sus familias, fallecidas y damnificadas por la fuerza devastadora de la catástrofe natural de la DANA y todas las dramáticas situaciones que están sufriendo.

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