El pasado 22 de marzo falleció Cecilia Farffan Olivari // Ceci. Fue una extraordinaria mujer, ejemplo de fe y entrega de amor. El dia que falleció celebrábamos el aniversario de la pascua de Micau al que ella se sentia muy unida y cariñosamente le llamaba padrecito.
Ceci vivia en Roma y era Claraeulalia desde 1999. Queremos compartir este pequeño recuerdo con todos vosotros. Ojalà encontreis un tiempo de soledad y silencio para escuchar estas breves palabra (escritas/áudio) y también algunos vídeos e imágenes que hemos seleccionado.
Ceci era una mujer de una enorme fortaleza y confianza en Dios, y con un corazón lleno de paz.
Que desde el Cielo intercera plenamente por cada una de las personas que formamos el Grupo ARC con quien se sentía tan unida.
Aquí estoy, aquí estoy.
Señor, yo te sigo.
Aquí estoy, aquí estoy.
Se cumpla en mí tu voluntad.
Estas fueron las palabras que pronunciaba el sacerdote en el tan bello cántico de despedida a Ceci. Palabras que resuenan en el corazón, pues no podría haber encontrado unas más exactas que describieran lo que fue y es la vida de Cecilia.
Ceci, la amiga entrañable del Señor, que se entregó sin reservas a Él y se puso al servicio de su familia y sus amigos.
Su apostolado, como ella misma lo llamó, fue amar sin reservas a aquellos que le dieron la vida y a todos aquellos que conformaban su entorno. Pero su amor trascendió, pues todo lo que Dios hace va más allá de lo que esperamos. Y no fue menos para ella, pues encontró otra familia, una que el Señor le había presentado en el camino a la que ella siempre dijo sí, sin reservas. Sus amigos en Cristo también dejaron huella en ella y vivió amándonos desde donde fuera que estaba y estuviéramos.
Ceci siempre sonreía y era hermoso ver cómo se maravillaba de la obra de Dios y con la gente de bien. Su alegría no se vio alterada por su dolor y sufrimiento. También en él sintió la mano tierna de Dios que la acariciaba y consolaba.
Ceci se fue de este mundo para reunirse con los amigos y familiares del cielo, envuelta de un ardor interno que no cesó. Así como tampoco su fe en Jesús. Un sacerdote amigo de ella comentó: “Posso dire che Cecilia era una santa. Quando gli ho dato l’Unción degli infermi ha detto: ‘Sono pronta, padre, per andare da Gesù, Colui che mi ha dato la forza e mi sempre amata’” (“Puedo decir que Cecilia era una santa. Cuando le di la Unción de los enfermos, ha dicho: ‘Estoy lista, padre, para irme con Jesús, quien me ha dado la fuerza y me ha amado siempre’”).
Amaba mucho al padre Michele, o Micau como muchos lo conocen; ella lo llamaba padrecito. Y providencia de la vida, la canción con que fue despedida en la tierra es aquella que Micau amaba y gustaba profundamente: Eccomi / Aquí estoy. Poca duda cabe de que su encuentro en el cielo fue gozoso y profundo. Ambos compartieron la bella humildad de los que aman y se ponen al servicio de los demás.
Gracias, Ceci querida, buena amiga, hija, tía y hermana. Intercede por nosotros para que podamos seguir los pasos de Jesús como hiciste tú todos los días hasta volvernos a encontrar.
Claudia Soberón
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Compartimos este testimonio interno de Leto
a partir de una conversación teléfonica que mantuvo con ella.
Video de la celebración de la eucaristia en su memoria con esta bella canción tan adecuada a lo que ella fue en vida:
Aquí estoy, aquí estoy.
Señor, yo te sigo.
Aquí estoy, aquí estoy.
Se cumpla en mí tu voluntad.
